La pelota está manchada
Por Lisandro Martínez
“Hay una burguesía deportiva sustentada mediante los impuestos, su desarrollo es nocivo como hecho social y se agiganta hasta la hipertrofia. Es absolutamente aberrante que el deporte se convierta en un primerísimo consumidor de bienes cada vez más escasos en el plato de nuestros consumos, que desplace a la salud y la educación pública”.
(“Burguesía y gangsterismo en el deporte”, Dante Panzeri, 1974).
La pelota hace rato que está manchada y de futbol nadie ve nada más que atletas de todas partes y de todo porte que corren a tontas y locas apurados por la luz, como los pollos en el criadero, para que produzcan divisas. Se organizan partidos diariamente que aburren al más fanático y los jugadores en general son superexplotados con partidos cada 48 hs. Sólo una minoría se vuelve millonaria, novedad difícil de digerir por la inmadurez de la edad mental de los profesionales.
De este juego maravilloso que supo ser poco queda y aunque Maradona pretenda transferir a Messi toda su magia nombrándolo capitán y su delfín, choca con el problema que el sujeto no tiene hambre y desde hace rato se dedica, como el avaro con sus monedas, a resguardar su fortuna personal comprando tierras en Rosario y a otros negocios especulativos en el mundo.
El futbol ha sido y será el juego jugado y desenvuelto imprevistamente hasta hacerlo maravilloso por los sectores más explotados. Cuando las satisfacciones elementales llegan empieza a funcionar el “plin caja” que liquida en el pibe la pasión por el juego mismo y se mancha la pelota.
Messi es un hámster pero no por su aspecto, como lo señalan las hinchadas españolas sino por su juego, se sube a la ruedita y gira que te gira. Hasta hace poco en cualquier picado cuando un jugador se morfaba la pelota, alguno del equipo lo tomaba del hombro y lo sacaba de la cancha con un voleo en las nalgas. Pero como la pelota está manchada ¿Quién saca a este morfón sin cerebro sin que esto produzca la baja de la bolsa? ¿Quién saca a la tortuga Heinzel, apadrinado por un monopolio que tiene un contrato millonario con la AFA?
En este escenario, Maradona no es seleccionador sino un funcionario gubernamental, cuya función es decir cualquier verdura y aceptar lo que venga para no arruinar negocios, por estos condicionamientos es prisionero de intereses ajenos a la pelota, que no le permiten armar un equipo de futbol como corresponde: de atrás para adelante.
En cambio está condenado a representar una opereta tragicómica basada en mitos y supersticiones que si dieran resultados, el campeón mundial de cualquier disciplina deportiva debería ser el Vaticano, incubadora de embaucadores cuyo único récord es el de sodomizar niños.
En Sudáfrica sufrimos el desvarío de las cábalas: El masbaha (con medallita incluida) que Diego obsesivamente besaba. La conferencia siempre en el mismo lugar. La entrevista del menemista Niembro al DT antes de cada partido. Que los jugadores ocuparan los mismos sitios en el micro. Que Yanina y Dalma se sentaran en las primeras sillas de la platea y otros rituales que, en favor de la salud mental, desconocemos. Fueron largas sesiones de esoterismo tribal que afrentan a la inteligencia media y esto fue práctica habitual durante cerca de 30 días de cincuentones que vistos por fuera hasta parecen sensatos.
Todas las intentonas para atraer la atención divina no alcanzaron porque la vida no es manipulada por un titiritero que escucha peticiones. Estas disparatadas morisquetas para que, magia mediante, se resuelva el resultado de un juego de interacción humana, permitieron presenciar escenas medievales con “pecadores” implorando un milagro, cuando en la cancha nos ganaba un modesto equipo, representante del irrelevante modo de jugar que se practica hoy, donde Eslovaquia o Ghana bajo el ala de algún poderoso podrían haber llegado a la final.
El colmo de la bellaquería fue que para los jugadores sudamericanos estuvo prohibido salirse del aburrido libreto y hacer una gambeta. La plasticidad, estética y diversión que Panzeri resumió genialmente como “Futbol, dinámica de lo impensado”, han dado paso a la histeria general y al conservadurismo más desfachatado porque el auspiciante debe incrementar su ganancia.
Cuando muchos rumoreaban bueno, se acabó ahora el tiempo de los k de tirar afuera la pelota, el parrillero menemista Alejandro Granados, vinculado a resguardar lo bueno y lo malo que entra y sale de los aeropuertos, organizó con sus punteros un multitudinario recibimiento para aquellos que no tuvieron la osadía de tirar un solo caño en todo el campeonato mundial.
El recibimiento a “Diego y sus boys” fue un operativo de Estado planificado desde el PE y trabajado de conjunto con la Presidenta (en un acto en San Miguel), los medios estatales, los afiches pidiendo “Diego hasta 2014” y 100 colectivos que trasladaron 3000 integrantes de la clientela cautiva que traccionaron a otros ingenuos que fueron a recibir al seleccionado de “el Don” Julio, otro campeón pero en vaciarle los bolsillos al pueblo.
Que no decaiga “el circo celeste y blanco” es la voz de orden del gobierno. Ya salió a la luz que si “nos” coronábamos campeones se imponía en el futbol nacional el juego de apuestas, “Prode bancado” en manos de Codere y Cristóbal López, lo que significaba una caja de u$s 35 millones anuales y como premio consuelo para Macri (el hombre de la Mossad), las apuestas online.
La Copa América se jugará en la Argentina 3 meses antes de las presidenciales, oportunidad de oro para reventar al pueblo trabajador con un título conseguido, sea como sea, para asegurar en medio del despeñadero el resultado electoral.
El gobierno K soplando cenizas, pretende continuar los festejos del bicentenario como quien mantiene en coma farmacológico a un moribundo. Con el 4 a 0 con el que Alemania derrotó a la AFA, queda desnuda la crisis instalada en Argentina. Aumentos en el gas, las tarifas de teléfonos y la TV por cable son sólo los primeros indicios del lanzamiento de una carrera donde pierden por goleada los asalariados.
El gobierno subsidia con $600 millones de los fondos del Anses a los clubes de futbol, en cambio se niega a pagar a los jubilados el 82% ¡del salario mínimo!, que insumiría el 20% del fondo de sustentabilidad para pagar jubilaciones. Son $150.000 millones que deberían estar en el Anses pero los K convirtieron al grueso de esa guita en papeles de la deuda y el resto fue entregado en subsidios a las patronales.
lisandromartinez47@yahoo.com.ar
Por Lisandro Martínez
“Hay una burguesía deportiva sustentada mediante los impuestos, su desarrollo es nocivo como hecho social y se agiganta hasta la hipertrofia. Es absolutamente aberrante que el deporte se convierta en un primerísimo consumidor de bienes cada vez más escasos en el plato de nuestros consumos, que desplace a la salud y la educación pública”.
(“Burguesía y gangsterismo en el deporte”, Dante Panzeri, 1974).
La pelota hace rato que está manchada y de futbol nadie ve nada más que atletas de todas partes y de todo porte que corren a tontas y locas apurados por la luz, como los pollos en el criadero, para que produzcan divisas. Se organizan partidos diariamente que aburren al más fanático y los jugadores en general son superexplotados con partidos cada 48 hs. Sólo una minoría se vuelve millonaria, novedad difícil de digerir por la inmadurez de la edad mental de los profesionales.
De este juego maravilloso que supo ser poco queda y aunque Maradona pretenda transferir a Messi toda su magia nombrándolo capitán y su delfín, choca con el problema que el sujeto no tiene hambre y desde hace rato se dedica, como el avaro con sus monedas, a resguardar su fortuna personal comprando tierras en Rosario y a otros negocios especulativos en el mundo.
El futbol ha sido y será el juego jugado y desenvuelto imprevistamente hasta hacerlo maravilloso por los sectores más explotados. Cuando las satisfacciones elementales llegan empieza a funcionar el “plin caja” que liquida en el pibe la pasión por el juego mismo y se mancha la pelota.
Messi es un hámster pero no por su aspecto, como lo señalan las hinchadas españolas sino por su juego, se sube a la ruedita y gira que te gira. Hasta hace poco en cualquier picado cuando un jugador se morfaba la pelota, alguno del equipo lo tomaba del hombro y lo sacaba de la cancha con un voleo en las nalgas. Pero como la pelota está manchada ¿Quién saca a este morfón sin cerebro sin que esto produzca la baja de la bolsa? ¿Quién saca a la tortuga Heinzel, apadrinado por un monopolio que tiene un contrato millonario con la AFA?
En este escenario, Maradona no es seleccionador sino un funcionario gubernamental, cuya función es decir cualquier verdura y aceptar lo que venga para no arruinar negocios, por estos condicionamientos es prisionero de intereses ajenos a la pelota, que no le permiten armar un equipo de futbol como corresponde: de atrás para adelante.
En cambio está condenado a representar una opereta tragicómica basada en mitos y supersticiones que si dieran resultados, el campeón mundial de cualquier disciplina deportiva debería ser el Vaticano, incubadora de embaucadores cuyo único récord es el de sodomizar niños.
En Sudáfrica sufrimos el desvarío de las cábalas: El masbaha (con medallita incluida) que Diego obsesivamente besaba. La conferencia siempre en el mismo lugar. La entrevista del menemista Niembro al DT antes de cada partido. Que los jugadores ocuparan los mismos sitios en el micro. Que Yanina y Dalma se sentaran en las primeras sillas de la platea y otros rituales que, en favor de la salud mental, desconocemos. Fueron largas sesiones de esoterismo tribal que afrentan a la inteligencia media y esto fue práctica habitual durante cerca de 30 días de cincuentones que vistos por fuera hasta parecen sensatos.
Todas las intentonas para atraer la atención divina no alcanzaron porque la vida no es manipulada por un titiritero que escucha peticiones. Estas disparatadas morisquetas para que, magia mediante, se resuelva el resultado de un juego de interacción humana, permitieron presenciar escenas medievales con “pecadores” implorando un milagro, cuando en la cancha nos ganaba un modesto equipo, representante del irrelevante modo de jugar que se practica hoy, donde Eslovaquia o Ghana bajo el ala de algún poderoso podrían haber llegado a la final.
El colmo de la bellaquería fue que para los jugadores sudamericanos estuvo prohibido salirse del aburrido libreto y hacer una gambeta. La plasticidad, estética y diversión que Panzeri resumió genialmente como “Futbol, dinámica de lo impensado”, han dado paso a la histeria general y al conservadurismo más desfachatado porque el auspiciante debe incrementar su ganancia.
Cuando muchos rumoreaban bueno, se acabó ahora el tiempo de los k de tirar afuera la pelota, el parrillero menemista Alejandro Granados, vinculado a resguardar lo bueno y lo malo que entra y sale de los aeropuertos, organizó con sus punteros un multitudinario recibimiento para aquellos que no tuvieron la osadía de tirar un solo caño en todo el campeonato mundial.
El recibimiento a “Diego y sus boys” fue un operativo de Estado planificado desde el PE y trabajado de conjunto con la Presidenta (en un acto en San Miguel), los medios estatales, los afiches pidiendo “Diego hasta 2014” y 100 colectivos que trasladaron 3000 integrantes de la clientela cautiva que traccionaron a otros ingenuos que fueron a recibir al seleccionado de “el Don” Julio, otro campeón pero en vaciarle los bolsillos al pueblo.
Que no decaiga “el circo celeste y blanco” es la voz de orden del gobierno. Ya salió a la luz que si “nos” coronábamos campeones se imponía en el futbol nacional el juego de apuestas, “Prode bancado” en manos de Codere y Cristóbal López, lo que significaba una caja de u$s 35 millones anuales y como premio consuelo para Macri (el hombre de la Mossad), las apuestas online.
La Copa América se jugará en la Argentina 3 meses antes de las presidenciales, oportunidad de oro para reventar al pueblo trabajador con un título conseguido, sea como sea, para asegurar en medio del despeñadero el resultado electoral.
El gobierno K soplando cenizas, pretende continuar los festejos del bicentenario como quien mantiene en coma farmacológico a un moribundo. Con el 4 a 0 con el que Alemania derrotó a la AFA, queda desnuda la crisis instalada en Argentina. Aumentos en el gas, las tarifas de teléfonos y la TV por cable son sólo los primeros indicios del lanzamiento de una carrera donde pierden por goleada los asalariados.
El gobierno subsidia con $600 millones de los fondos del Anses a los clubes de futbol, en cambio se niega a pagar a los jubilados el 82% ¡del salario mínimo!, que insumiría el 20% del fondo de sustentabilidad para pagar jubilaciones. Son $150.000 millones que deberían estar en el Anses pero los K convirtieron al grueso de esa guita en papeles de la deuda y el resto fue entregado en subsidios a las patronales.
lisandromartinez47@yahoo.com.ar
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