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viernes, 13 de mayo de 2011

DEFENDER LA VIDA CONTRA LA CONTRACULTURA DE LA MUERTE

Defender la vida contra la contracultura de la muerte
Lomas de Zamora (Buenos Aires), 12 May. 11 (AICA)
Mons. Jorge Lugones, obispo de Lomas de Zamora
En un mensaje por los 120 años de la primera encíclica social de León XIII, el obispo de Lomas de Zamora, monseñor Jorge Lugones SJ, agradece “el valor de la solidaridad del hombre por el hombre, en la lucha cotidiana por valorar e incrementar nuestro compromiso con la dignidad de la persona humana”, y también “el esfuerzo y la promoción de muchos en la defensa de la vida, ante una contracultura de la muerte”.

“Necesitamos recrear continuamente nuestra defensa por la vida, en todos sus estadios y en toda circunstancia adversa, que atente, que cercene o que menosprecie la vida, en cualquier circunstancia y lugar que esto ocurra”, advirtió.
El prelado reiteró que “ante la realidad que vivimos, una vez más anunciamos el valor supremo de cada mujer y cada hombre. El Creador en efecto, al poner todo lo creado al servicio del ser humano, manifiesta la dignidad de la persona humana e invita a respetarla”.
Asimismo, llamó a “respetar y cuidar el hábitat, nuestro medio ambiente, pues Dios crea el mundo para el hombre, pero no lo nombra su dueño, sino custodio respetuoso del bien de la creación”.
El obispo destacó que la encíclica “Rerum Novarum” (“De las cosas nuevas”), promulgada por León XIII el 15 de mayo de 1891, “ponía su énfasis en las condiciones de las clases trabajadoras, donde se dejaba patente el derecho laboral a formar uniones o sindicatos, pero también reafirmaba su apoyo al derecho de la propiedad privada”.
“Además -agregó- discutía sobre las relaciones entre el gobierno, las empresas, los trabajadores y la Iglesia. Se plantean muchos asuntos de la revolución industrial, del problema obrero y las sociedades democráticas modernas. Precisó los principios de la Justicia social en la economía y la industria”.
Monseñor Lugones explicó que “la Iglesia mediante su Doctrina Social ofrece una fuente importantísima para el compromiso y el diálogo de los hombres en la vida social y sus instituciones. Propone el estilo de diálogo con que Dios mismo, en su Hijo hecho hombre habla a los hombres como amigo, y trata con ellos. Dios irrumpe en nuestro mundo con su encarnación y se hace uno de nosotros. Jesús es la Palabra, es el fundamento para una espiritualidad del diálogo, desde el abajamiento, la escucha, la bondad, el respeto, la misericordia. Un Dios hecho hombre que asume la historia y la cultura de los hombres, caminando con ellos, en la búsqueda de la verdad y la justicia, en esta humanidad empobrecida”.
“El anima a la apertura y a la comunión entre los hombres, invitando a la aceptación de la diversidad, propiciando el encuentro, implicándonos como Iglesia, a recrear continuamente la cultura del encuentro, con el mundo y la sociedad”, concluyó.+

Texto completo del mensaje
120º ANIVERSARIO DE LA PRIMERA ENCÍCLICA SOCIAL DE LA IGLESIA CATÓLICA
Mensaje de monseñor Jorge Lugones, obispo de Lomas de Zamora, con motivo de celebrarse el 120º aniversario de la primera encíclica social de la Iglesia Católica “Rerum Novarum”, del papa León XIII (Mayo de 2011)


La gratitud es don de Dios, propuesto al hombre, como expresión del amor. Hoy con esta muestra queremos ser agradecidos al Señor que nos permite compartir en esta muestra lo que somos y traemos, las esperanzas y los sueños de que se vaya cumpliendo esta “justicia demasiado largamente esperada”, a favor de los más desprotegidos de nuestra sociedad.
Agradecemos hoy el valor de la solidaridad del hombre por el hombre, en la lucha cotidiana por valorar e incrementar nuestro compromiso con la dignidad de la persona humana. Y el esfuerzo y la promoción de muchos de ustedes en defensa de la vida, ante una contracultura de la muerte, necesitamos recrear continuamente nuestra defensa por la vida, en todos sus estadíos y en toda circunstancia adversa, que atente, que cercene o que menosprecie la vida, en cualquier circunstancia y lugar que esto ocurra.
“Ante la realidad que vivimos, una vez más, anunciamos el valor supremo de cada mujer y cada hombre. El Creador en efecto, al poner todo lo creado al servicio del ser humano, manifiesta la dignidad de la persona humana e invita a respetarla “(DA. 387).
A respetar y cuidar su hábitat, nuestro medio ambiente, pues Dios crea el mundo para el hombre, pero no lo nombra su dueño, sino custodio respetuoso del bien de la creación.
El recuerdo de la “buena memoria”, nos lleva a dar gracias por la celebración de la primera encíclica social de la Iglesia católica, “Rerum Novarum”, que en latín, quiere decir: “De las cosas nuevas”, promulgada por el Papa León XIII, el 15 de mayo de 1891. Ponía su énfasis en las condiciones de las clases trabajadoras, donde se dejaba patente el derecho laboral a formar uniones o sindicatos, pero también reafirmaba su apoyo al derecho de la propiedad privada. Además discutía sobre las relaciones entre el gobierno, las empresas, los trabajadores y la Iglesia. Se plantean muchos asuntos de la revolución industrial, del problema obrero y las sociedades democráticas modernas. Precisó los principios de la Justicia social en la economía y la industria.
La Iglesia mediante su Doctrina Social ofrece una fuente importantísima para el compromiso y el dialogo de los hombres en la vida social y sus instituciones. Propone el estilo de dialogo con que Dios mismo, en su Hijo hecho hombre habla a los hombres como amigo, y trata con ellos. Dios irrumpe en nuestro mundo con su encarnación y se hace uno de nosotros. Jesús es la Palabra, es el fundamento para una espiritualidad del dialogo, desde el abajamiento, la escucha, la bondad, el respeto, la misericordia. Un Dios hecho hombre que asume la historia y la cultura de los hombres, caminando con ellos, en la búsqueda de la verdad y la justicia, en esta humanidad empobrecida.
El anima a la apertura y a la comunión entre los hombres, invitando a la aceptación de la diversidad, propiciando el encuentro, implicándonos como Iglesia, a recrear continuamente la cultura del encuentro, con el mundo y la sociedad.

Mons. Jorge Lugones SJ, obispo de Lomas de Zamora
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