GERMAN RUSTOM, LA POLICÍA QUE SE NECESITA.
Desde hace mucho tiempo venimos alertando la grave situación de inseguridad, en la que viven los ciudadanos de la Provincia de Buenos Aires, producto de la impunidad con la cual se mueven los que delinquen, ahora, dueños de las calles en detrimento de los que aferrados a las buenas costumbres, viven detrás de las rejas en sus domicilios.
Los prisioneros, son aquellos que trabajan para hacer grande a esta Nación, y los que confiaron en las promesas dadas por los, que, desde el púlpito de la política, prometieron seguridad, sanidad y educación.
También mencionamos que la infiltración de la delincuencia, en las permeables capas de la Bonaerense, se hacia cada vez mas evidente. Tanto por la falta de operatividad, como la fácil concreción de los delitos, llevados a cabo delante de los uniformados, que actúan de manera infantil, casi estúpida.
La Bonaerense, teniendo en sus filas a numerarios que roban a mujeres desmayadas en lugar socorrerlas en la emergencia; que participan en robos, secuestros y asesinatos, muestran a la sociedad la imagen cruel de una policía corrupta.
Cientos de crímenes impunes hablan por si solos de la connivencia latente entre los criminales y la autoridad policial, y la frontera que los separaba en tiempos históricos, ha quedado en unida algún punto, en perjuicio de todos nosotros.
Toda esta telaraña de complicidades, fue dada a conocer públicamente al Gobernador de turno, sin que hubiera cambios sustanciales en la estrategia para minimizar el impacto que produce la delincuencia en acción.
Cada cuestión fue planteada y fue alertada la autoridad correspondiente. Fue valorizado el trabajo de efectivos policiales que cumplían acabadamente la labor esperada por la sociedad, pero de manera misteriosa los trasladaban y desafectaban del servicio.
Véase el caso del Comisario German Rustom, Jefe policial que en la zona de Burzaco, puso un limite rígido al actuar de la delincuencia.
Poco tiempo duro a cargo de la dependencia policial, fue inmediatamente desafectado del servicio y mandado a la casa.
En esa oportunidad, alertamos que la Sociedad estaba en peligro, no fuimos escuchados. Días después de esta circunstancia, en la puerta de la Escuela 13, una persona fue asesinada a tiros y otra gravemente herida.
A partir de allí, Almirante Brown, fue un aquelarre de sangre y fuego. Decenas de vecinos asesinados, robos por doquier; la delincuencia había ganado la batalla y era dueña de la calle.
Uno se pregunta muchas veces, ¿Porque a los uniformados realmente comprometidos con el servicio, se los traslada o se los manda a la casa?
Esta semana, los titulares de los diarios a modo de catástrofe dan cuenta que altos jefes policiales y subordinados son detenidos por liderar una suerte de organización delictiva.
Y es ahí, donde esta la respuesta a la pregunta anterior. Por que, para el funcionamiento efectivo de la comunidad policial delictiva, a los uniformados honestos se los debe mandar a la casa; no sea cosa que en lo mejor de la faena vengan a molestar.
La Sociedad necesita de muchos Rustom; que patrullen las calles, que sean amigos de los vecinos, que muestren sinceramente su inclinación y compromiso a la función de prevención elegida.
Estoy seguro que la Sociedad no desea un estado saturado de uniformados, la saturación pretendida actualmente en el territorio bonaerense, no dará resultado positivo.
El militarizar el territorio provincial, se asemeja mucho a tiempos violentos y practicas dictatoriales de gobiernos pasados. Nuestros derechos constitucionales corren el peligro de ser violentados, por uniformados sacados a la vía pública ante una necesidad política, y no por la férrea preparación que se les da.
Antes ya se había experimentado con una llamada Policia 2, que con el correr del tiempo fue licuada y perdió su notoriedad, además de su efectividad.
Al ser cerrado el Liceo Policial, se perdió un valioso semillero de uniformados y un lugar de estudio para muchos jóvenes deseosos de integrar las filas policiales; cinco años de estudio permitían tener un joven realmente preparado para la función a realizar.
Hoy en día, quien esta sin trabajo y solo con el secundario aprobado, sabe que su inserción laboral esta complicada. Es por eso, que un puesto en la Bonaerense no le viene nada mal, además a los seis meses sin muchos requerimientos, porta un arma y cobra un sueldo que viene con el valor agregado de los adicionales.
De vocación policial, de inclinación a la defensa de los derechos del prójimo, no se habla. Mucho menos de la protección de los derechos humanos o el conocimiento pormenorizado de las leyes.
Ahora, da tristeza, que nuestra Policía Bonaerense, este publicitada en todo el mundo, no por la efectividad de sus métodos en la investigación, sino por la actividad delictiva que realizan sus numerarios.
Como ciudadano deseo que el próximo gobierno, sea consciente de la problemática social que viven los ciudadanos de esta Provincia y que necesitamos tener una sola Policía, confiable, honesta y efectiva.
Ojala, que haya muchos Rustom en las calles, para garantizar realmente la seguridad que como vecinos nos merecemos.
La Provincia de Santa Fé esta en manos del narcotrafico y la policía de esos lares perdió por corrupción la batalla entablada.
Hoy la Provincia de Buenos Aires, esta librando su guerra contra la corrupción policial, el narcotrafico, los asesinatos por encargo y la impunidad. El vecino es testigo diario de lo que se vive, de los riesgos que se corren y con su vida esta pagando la ineficiencia policial.
Yo, solo espero que en las próximas elecciones, los ciudadanos al votar, piensen lo que quieren para sus hijos.
Tal vez, sea la última oportunidad que tengamos de elegir a un gobernante, que actué coherentemente y nos permita vivir socialmente en paz y armonía.
Solo un Estado manejado con solvencia, equidad y eficiencia, lograra dar satisfacción a los bonaerenses, que a diario ruegan no ser, las nuevas victimas de la violencia salvaje que domina nuestras calles.
Alfredo Silverio Rodriguez
DNI.11.894.278
Almirante Brown Seguridad Ciudadana
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