La inmoralidad como doctrina de gobierno
18/11/09
Por Oscar Taffetani
(APe).- En los años de la dictadura militar, un joven de familia adinerada -su padre era propietario de una conocida firma de artículos para el hogar- repartía sus horas entre la motonáutica y los amoríos con distintas muchachas, del ambiente de las agencias de publicidad, los canales de televisión o el ramo del comercio y los artículos para el hogar.
Aquel joven de familia adinerada, burlando cualquier código de planeamiento y seguridad, había mandado a construir en el Abasto, uniendo a modo de puente dos departamentos en altura, un gabinete especial para agasajar a sus amistades, una suerte de anexo amatorio en donde beber, bailar y disfrutar de la suerte de ser un niño rico a cualquier hora y en cualquier estación, mientras allá abajo las patrullas legales o ilegales del Estado se ocupaban de limpiar las calles y las casas de jóvenes militantes o rebeldes cuyo pecado final había sido querer terminar con la injusticia.
Cierta madrugada, el anexo amatorio del niño rico, construido contra todas las reglas, ardió y se desplomó desde varios metros de altura, en ausencia de su dueño. El encargado de uno de los edificios, que quiso sofocar el incendio, pereció en el intento. Los bomberos, la policía y el forense, ante las ruinas humeantes del anexo amatorio, se preguntaban cómo había podido permitirse a alguien satisfacer un capricho tan absurdo y riesgoso. Y la respuesta invariable era: “el que tiene plata, hace lo que quiere”.
Los diarios de la Capital publicaron de manera discreta la noticia, sin nombrar a los responsables directos de la tragedia (al fin y al cabo, la red de complicidades que la había permitido era tan vasta que podían verse involucradas la Policía, la Municipalidad e incluso algunas empresas anunciantes). Muy pronto el expediente fue archivado y sepultado, para evitar que la carrera empresaria o deportiva del niño rico se viera afectada.
La pequeña historia -una pequeña historia de inseguridad ciudadana e impunidad, como tantas que conocemos- no vendría a cuento si no fuera porque aquel mismo joven adinerado de los ’70, reconvertido en dirigente político en los ’90 y ungido gobernador de la provincia de Buenos Aires en esta década, lanzado a un plan reeleccionario y buscando la complacencia de los ricos y famosos, ha presentado en la Legislatura bonaerense un proyecto de reformas a la ley 13.364 (Código de Faltas) que implica una regresión de 100 años -así lo han manifestado los más respetables juristas-, además de una violación expresa de varias garantías constitucionales.
El Estado policial-mafioso
“Con el nuevo Código -leemos en una denuncia de organismos de DDHH y organizaciones sociales- se podrá meter presos a vagabundos, mendigos, ‘merodeadores’, borrachos, trapitos o cuidacoches, limpiavidrios, vendedores ambulantes sin autorización, intérpretes de sueños, parapsicólogos, travestis y trabajadoras sexuales”.
“Asimismo, apunta al corazón de la democracia, reprimiendo las manifestaciones públicas: se podrá detener a los que participan en marchas o reuniones de personas, a los que escriben graffitis y leyendas, a los que pegan carteles en lugares no autorizados, a los que se reúnen tumultuosamente, a los que participan de piquetes, cortes de calle o escraches. También los que insulten en la calle o hagan un dibujo torpe que ofenda la decencia pública”.
“La locura punitiva arrestará también a quienes hagan ruidos o toquen campanas que afecten la tranquilidad de la población y a los padres cuyos hijos menores dejen la escuela (...) además, se baja la edad de imputabilidad, permitiendo que se arreste a los jóvenes desde los 14 años”.
Otras organizaciones, ya relacionadas específicamente con la defensa de los derechos del niño, se han expresado por la modificación que se propone en tres puntos del Sistema de Responsabilidad Penal Juvenil: “A poco tiempo de entrar en vigencia y cuando aún no se encuentra en pleno funcionamiento, el ejecutivo provincial impulsa una modificación de tres artículos que ya tiene media sanción en el senado, a través de la cual en un primer artículo (art. 41) amplía el plazo de detención de los jóvenes de 12 a 24 horas hasta que el juez decida su destino. Es una modificación que someterá a los jóvenes a una mayor vulneración de derechos y los expondrá más tiempo a padecer torturas y malos tratos en comisarías, alcaldías o centros de recepción”.
La lista de objeciones, críticas y denuncias al proyecto redactado por el actual Ministro de Justicia bonaerense y refrendado por el Gobernador de la provincia, es interminable. Baste lo que hemos transcripto como muestra.
Éstos son mis principios...
La actuación del Ministro de Justicia (alguna vez señalado como “garantista”, cuando actuaba a las órdenes de otro poder político) nos hace recordar aquella célebre humorada de Groucho Marx: “Éstos son mis principios. Si no les gustan, tengo otros”.
Y sí, podríamos reírnos, todos podríamos reírnos, pensando en la volubilidad y las súbitas piruetas de los funcionarios, atentos al termómetro de su presencia mediática o al qué dirán de los ricos y famosos, antes que al sentimiento popular o al sufrimiento de los más humildes y desvalidos.
Pero es algo trágico. Trágico y doloroso. Irremediablemente triste.
Porque lo que campea es la inmoralidad de no gobernar para todos; la de gozar de impunidad para lo propio y buscar la penalización extrema de lo ajeno; la inmoralidad de castigar “preventivamente” a ésos que ya han sido castigados desde la cuna, por la injusticia social; la inmoralidad de que el mismo Estado bonaerense que arrastra una deuda aniquilatoria con los hogares y comedores destinados a los más pobres, sea el que incrementa su gasto publicitario de 700 mil pesos diarios a un millón, porque “no alcanza”; la inmoralidad de ejercitar deportivamente la Tolerancia Cero, mientras los grandes crímenes y negociados permanecen sin esclarecimiento ni sanción.
Todas esas inmoralidades, pensamos, deberían comenzar a denunciarse, a condenarse y a corregirse. Sin embargo, en la doctrina de la Tolerancia Cero sostenida por el señor Ministro y el señor Gobernador, no están contempladas.
En el código máximo para faltas mínimas que proponen estos dos señores con mucho poder y escasa autocrítica, ya no hay lugar para la Justicia, la Libertad, los Derechos Humanos y muchas otras palabras gravitantes, de ésas que usualmente se escriben con mayúsculas.
Otra Estrella de Belén es posible
17/11/09
Por Alfredo Grande
“prefiero la izquierda loca a la derecha psicótica”
(aforismo implicado)
Belén arremetió contra la CTA: "Es una zurda loca"
“No jodan", había encendido la mecha el miércoles el influyente número dos de la Unión Obrera Metalúrgica y adjunto de Hugo Moyano en la CGT, Juan Belén. Ayer sus palabras volvieron a generar sorpresa. El dirigente defendió por segundo día consecutivo el modelo sindical vigente en el país -cuestionado por la izquierda, que explora otros modelos-, y arremetió contra la CTA. "Es una zurda loca que manejan desde afuera", señaló.
En esa circunstancia, criticó a "esa, una zurda loca que manejan desde afuera". El temor de la CGT es que el Gobierno nacional esté analizando introducir algún cambio en la forma de representación sindical. Esto es lo que viene exigiendo desde hace muchos años la CTA, que reclama la personería gremial y el tema esta semana volvió a los primeros planos a raíz del reclamo de los ex delegados del subte de obtener su propia representación por parte del ministro de Trabajo, Carlos Tomada. es decir, no fue casual que Belén se la agarrara con la CTA.
Un día antes, el moyanismo había anunciado una movilización para defender el modelo K ante los presuntos intentos de "desestabilización".
Una interpretación fue que el hecho había sido creado a la medida de Néstor y Cristina Kirchner. De hecho, el propio Belén también lo dijo y lo atribuyó "a la izquierda, que representa el 0,5 por ciento del electorado". También negó que el ex presidente Eduardo Duhalde estuviera detrás de las maniobras. "Es un demócrata", lo defendió el gremialista.
(Diario Clarín 13/11/09)
(APe).- Éramos pocos, y sin embargo, esta vez no parió la abuela. Pero alguien parió a un bebé monstruoso, con la cara de mac carthy y el cuerpo de torquemada. Podría ser bautizado Adolfo Anunciado, y seguramente será mejor conocido por su apodo todo terreno: Doble A. No hay todavía espacio para una tercera “A”. Por lo tanto la triple tendrá que esperar un poco. No solamente Clarín está nervioso, parece que algunas trompetas también empiezan a desafinar. Pero algo hemos aprendido: toda declaración, cuanta más grotesca, más ridícula, más miserable, más cobarde, más esperpéntica, más chupa cirios del ejecutivo, más en serio hay que tomarla. Es sabido: el mayor logro de los repudiados 90, fue entronizar el pensamiento único. Que tuvo más de único que de pensamiento, como el mismo Fukuyama lo reconoció años después. Pero la tentación de lo único, o al menos del trino (tres poderes en uno solo), excede largamente la década del uno a uno. Cuando se trina que “los sindicatos son de Perón”, la referencia al “Único” es obvia. La única CGT, que asume, condensa y representa en forma única, excluyente y absoluta al movimiento obrero. Organizado, claro. Pero organizado por la única CGT. Mientras la intelectualidad progresista, entiendo que en todas las áreas del conocimiento actual, sostiene fuertemente la diversidad, la complejidad, la multiplicidad, se mantiene este dogma de lo Único. Mas allá de polémicas entre cartas abiertas y sobres cerrados, pienso que no hay un solo pensador actual que pueda fundamentar que la forma de organizar la diversidad sea a través del Uno sin los Otros. Pero la forma es el contenido. “Zurda Loca” es producto del desdén político de los que disfrutan de la hegemonía del poder. Espero que las Madres Luchadoras, que fueron bautizadas como las “viejas locas”, hagan tronar algún tipo de escarmiento. Freud nos enseñó que se empieza a ceder en las palabras y se termina cediendo en las cosas. Suspender la marcha de apoyo me parece que es apenas un reflejo rápido, pero de ninguna manera una estrategia consistente. Después de todo, marchas habrá siempre entre ustedes. Tanto interés en el observatorio de medios contra la discriminación, hasta suspenden un partido de fútbol cuando las hinchadas se ensañan con nacionalidades, colores de piel, o familiares próximos, que dejar impune una manifestación de xenofobia política, es sin dudar, una confesión de parte. Pero no hagamos relevo de prueba: las notas publicadas son contundentes. Siguiente a la estrella de Belén, Oscar Lescano ostenta mucha fuerza, aunque poca luz. Y no acuerdo con que esas expresiones sean “una pieza de museo”, como señala Hugo Yasky. En todo caso, sería necesario aclarar que el museo del que hablamos es el museo de la inquisición. De la peor de las inquisiciones: laica, política, progresoide, popular, nacional, obrera. Comete la nueva estrella de Belén el peor de los pecados. Invoca al movimiento obrero en vano. Por eso en la demencial afirmación incluye a la CTA, pero excluye a la derecha “lúcida”. Muy nervioso por la lucha de Kraft seguro intentará una nueva versión de Mein Kampf, porque si la zurda está loca, mejor buscar un manicomio para su internación final. Otra estrella de Belén es posible, aunque sin dudarlo, es lamentable. Esperemos, sentados por las dudas que haya que esperar demasiado, el firme repudio de los más honestos luchadores que tanto espacio tienen en los medios. Ya sabemos, el medio es el fin, y en estos tiempos de crispación, no podemos esperar mansamente que de la doble se llegue a la triple. ¿Me explico?
Olfato
19/11/09
Por Claudia Cesaroni
(APe).- Caso 1:
Supongamos que dos amigas, actrices de muchos años y larga fama, a las que llamaremos Susana G. y Mirta L., salen a recorrer negocios de la localidad bonaerense de San Isidro. Quieren pasear tranquilas y no ser importunadas, por lo que se cubren sus ajados e intervenidos rostros con grandes anteojos negros, y agregan sombreros y chalinas. Pasean y charlan. Se detienen delante de una vidriera. Miran extasiadas las carteras y los zapatos expuestos. Se consultan. Se asoman adentro del negocio, para cerciorarse de que no haya otras clientas que puedan cargosearlas. Optan por seguir su camino, pero al llegar a la esquina vuelven a deliberar y entonces deciden que sí, que esa cartera, ese par de zapatos, se merecen un rato de su tiempo y de su tarjeta. Así que vuelven sobre sus pasos, entran al negocio, pasan un largo rato tocando, sopesando, eligiendo, probándose, mirándose a los espejos. Finalmente, eligen, pagan, y se van.
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Si desea enviarnos un mensaje, puede hacerlo a
agenciapelota@pelotadetrapo.org.ar
18/11/09
Por Oscar Taffetani
(APe).- En los años de la dictadura militar, un joven de familia adinerada -su padre era propietario de una conocida firma de artículos para el hogar- repartía sus horas entre la motonáutica y los amoríos con distintas muchachas, del ambiente de las agencias de publicidad, los canales de televisión o el ramo del comercio y los artículos para el hogar.
Aquel joven de familia adinerada, burlando cualquier código de planeamiento y seguridad, había mandado a construir en el Abasto, uniendo a modo de puente dos departamentos en altura, un gabinete especial para agasajar a sus amistades, una suerte de anexo amatorio en donde beber, bailar y disfrutar de la suerte de ser un niño rico a cualquier hora y en cualquier estación, mientras allá abajo las patrullas legales o ilegales del Estado se ocupaban de limpiar las calles y las casas de jóvenes militantes o rebeldes cuyo pecado final había sido querer terminar con la injusticia.
Cierta madrugada, el anexo amatorio del niño rico, construido contra todas las reglas, ardió y se desplomó desde varios metros de altura, en ausencia de su dueño. El encargado de uno de los edificios, que quiso sofocar el incendio, pereció en el intento. Los bomberos, la policía y el forense, ante las ruinas humeantes del anexo amatorio, se preguntaban cómo había podido permitirse a alguien satisfacer un capricho tan absurdo y riesgoso. Y la respuesta invariable era: “el que tiene plata, hace lo que quiere”.
Los diarios de la Capital publicaron de manera discreta la noticia, sin nombrar a los responsables directos de la tragedia (al fin y al cabo, la red de complicidades que la había permitido era tan vasta que podían verse involucradas la Policía, la Municipalidad e incluso algunas empresas anunciantes). Muy pronto el expediente fue archivado y sepultado, para evitar que la carrera empresaria o deportiva del niño rico se viera afectada.
La pequeña historia -una pequeña historia de inseguridad ciudadana e impunidad, como tantas que conocemos- no vendría a cuento si no fuera porque aquel mismo joven adinerado de los ’70, reconvertido en dirigente político en los ’90 y ungido gobernador de la provincia de Buenos Aires en esta década, lanzado a un plan reeleccionario y buscando la complacencia de los ricos y famosos, ha presentado en la Legislatura bonaerense un proyecto de reformas a la ley 13.364 (Código de Faltas) que implica una regresión de 100 años -así lo han manifestado los más respetables juristas-, además de una violación expresa de varias garantías constitucionales.
El Estado policial-mafioso
“Con el nuevo Código -leemos en una denuncia de organismos de DDHH y organizaciones sociales- se podrá meter presos a vagabundos, mendigos, ‘merodeadores’, borrachos, trapitos o cuidacoches, limpiavidrios, vendedores ambulantes sin autorización, intérpretes de sueños, parapsicólogos, travestis y trabajadoras sexuales”.
“Asimismo, apunta al corazón de la democracia, reprimiendo las manifestaciones públicas: se podrá detener a los que participan en marchas o reuniones de personas, a los que escriben graffitis y leyendas, a los que pegan carteles en lugares no autorizados, a los que se reúnen tumultuosamente, a los que participan de piquetes, cortes de calle o escraches. También los que insulten en la calle o hagan un dibujo torpe que ofenda la decencia pública”.
“La locura punitiva arrestará también a quienes hagan ruidos o toquen campanas que afecten la tranquilidad de la población y a los padres cuyos hijos menores dejen la escuela (...) además, se baja la edad de imputabilidad, permitiendo que se arreste a los jóvenes desde los 14 años”.
Otras organizaciones, ya relacionadas específicamente con la defensa de los derechos del niño, se han expresado por la modificación que se propone en tres puntos del Sistema de Responsabilidad Penal Juvenil: “A poco tiempo de entrar en vigencia y cuando aún no se encuentra en pleno funcionamiento, el ejecutivo provincial impulsa una modificación de tres artículos que ya tiene media sanción en el senado, a través de la cual en un primer artículo (art. 41) amplía el plazo de detención de los jóvenes de 12 a 24 horas hasta que el juez decida su destino. Es una modificación que someterá a los jóvenes a una mayor vulneración de derechos y los expondrá más tiempo a padecer torturas y malos tratos en comisarías, alcaldías o centros de recepción”.
La lista de objeciones, críticas y denuncias al proyecto redactado por el actual Ministro de Justicia bonaerense y refrendado por el Gobernador de la provincia, es interminable. Baste lo que hemos transcripto como muestra.
Éstos son mis principios...
La actuación del Ministro de Justicia (alguna vez señalado como “garantista”, cuando actuaba a las órdenes de otro poder político) nos hace recordar aquella célebre humorada de Groucho Marx: “Éstos son mis principios. Si no les gustan, tengo otros”.
Y sí, podríamos reírnos, todos podríamos reírnos, pensando en la volubilidad y las súbitas piruetas de los funcionarios, atentos al termómetro de su presencia mediática o al qué dirán de los ricos y famosos, antes que al sentimiento popular o al sufrimiento de los más humildes y desvalidos.
Pero es algo trágico. Trágico y doloroso. Irremediablemente triste.
Porque lo que campea es la inmoralidad de no gobernar para todos; la de gozar de impunidad para lo propio y buscar la penalización extrema de lo ajeno; la inmoralidad de castigar “preventivamente” a ésos que ya han sido castigados desde la cuna, por la injusticia social; la inmoralidad de que el mismo Estado bonaerense que arrastra una deuda aniquilatoria con los hogares y comedores destinados a los más pobres, sea el que incrementa su gasto publicitario de 700 mil pesos diarios a un millón, porque “no alcanza”; la inmoralidad de ejercitar deportivamente la Tolerancia Cero, mientras los grandes crímenes y negociados permanecen sin esclarecimiento ni sanción.
Todas esas inmoralidades, pensamos, deberían comenzar a denunciarse, a condenarse y a corregirse. Sin embargo, en la doctrina de la Tolerancia Cero sostenida por el señor Ministro y el señor Gobernador, no están contempladas.
En el código máximo para faltas mínimas que proponen estos dos señores con mucho poder y escasa autocrítica, ya no hay lugar para la Justicia, la Libertad, los Derechos Humanos y muchas otras palabras gravitantes, de ésas que usualmente se escriben con mayúsculas.
Otra Estrella de Belén es posible
17/11/09
Por Alfredo Grande
“prefiero la izquierda loca a la derecha psicótica”
(aforismo implicado)
Belén arremetió contra la CTA: "Es una zurda loca"
“No jodan", había encendido la mecha el miércoles el influyente número dos de la Unión Obrera Metalúrgica y adjunto de Hugo Moyano en la CGT, Juan Belén. Ayer sus palabras volvieron a generar sorpresa. El dirigente defendió por segundo día consecutivo el modelo sindical vigente en el país -cuestionado por la izquierda, que explora otros modelos-, y arremetió contra la CTA. "Es una zurda loca que manejan desde afuera", señaló.
En esa circunstancia, criticó a "esa, una zurda loca que manejan desde afuera". El temor de la CGT es que el Gobierno nacional esté analizando introducir algún cambio en la forma de representación sindical. Esto es lo que viene exigiendo desde hace muchos años la CTA, que reclama la personería gremial y el tema esta semana volvió a los primeros planos a raíz del reclamo de los ex delegados del subte de obtener su propia representación por parte del ministro de Trabajo, Carlos Tomada. es decir, no fue casual que Belén se la agarrara con la CTA.
Un día antes, el moyanismo había anunciado una movilización para defender el modelo K ante los presuntos intentos de "desestabilización".
Una interpretación fue que el hecho había sido creado a la medida de Néstor y Cristina Kirchner. De hecho, el propio Belén también lo dijo y lo atribuyó "a la izquierda, que representa el 0,5 por ciento del electorado". También negó que el ex presidente Eduardo Duhalde estuviera detrás de las maniobras. "Es un demócrata", lo defendió el gremialista.
(Diario Clarín 13/11/09)
(APe).- Éramos pocos, y sin embargo, esta vez no parió la abuela. Pero alguien parió a un bebé monstruoso, con la cara de mac carthy y el cuerpo de torquemada. Podría ser bautizado Adolfo Anunciado, y seguramente será mejor conocido por su apodo todo terreno: Doble A. No hay todavía espacio para una tercera “A”. Por lo tanto la triple tendrá que esperar un poco. No solamente Clarín está nervioso, parece que algunas trompetas también empiezan a desafinar. Pero algo hemos aprendido: toda declaración, cuanta más grotesca, más ridícula, más miserable, más cobarde, más esperpéntica, más chupa cirios del ejecutivo, más en serio hay que tomarla. Es sabido: el mayor logro de los repudiados 90, fue entronizar el pensamiento único. Que tuvo más de único que de pensamiento, como el mismo Fukuyama lo reconoció años después. Pero la tentación de lo único, o al menos del trino (tres poderes en uno solo), excede largamente la década del uno a uno. Cuando se trina que “los sindicatos son de Perón”, la referencia al “Único” es obvia. La única CGT, que asume, condensa y representa en forma única, excluyente y absoluta al movimiento obrero. Organizado, claro. Pero organizado por la única CGT. Mientras la intelectualidad progresista, entiendo que en todas las áreas del conocimiento actual, sostiene fuertemente la diversidad, la complejidad, la multiplicidad, se mantiene este dogma de lo Único. Mas allá de polémicas entre cartas abiertas y sobres cerrados, pienso que no hay un solo pensador actual que pueda fundamentar que la forma de organizar la diversidad sea a través del Uno sin los Otros. Pero la forma es el contenido. “Zurda Loca” es producto del desdén político de los que disfrutan de la hegemonía del poder. Espero que las Madres Luchadoras, que fueron bautizadas como las “viejas locas”, hagan tronar algún tipo de escarmiento. Freud nos enseñó que se empieza a ceder en las palabras y se termina cediendo en las cosas. Suspender la marcha de apoyo me parece que es apenas un reflejo rápido, pero de ninguna manera una estrategia consistente. Después de todo, marchas habrá siempre entre ustedes. Tanto interés en el observatorio de medios contra la discriminación, hasta suspenden un partido de fútbol cuando las hinchadas se ensañan con nacionalidades, colores de piel, o familiares próximos, que dejar impune una manifestación de xenofobia política, es sin dudar, una confesión de parte. Pero no hagamos relevo de prueba: las notas publicadas son contundentes. Siguiente a la estrella de Belén, Oscar Lescano ostenta mucha fuerza, aunque poca luz. Y no acuerdo con que esas expresiones sean “una pieza de museo”, como señala Hugo Yasky. En todo caso, sería necesario aclarar que el museo del que hablamos es el museo de la inquisición. De la peor de las inquisiciones: laica, política, progresoide, popular, nacional, obrera. Comete la nueva estrella de Belén el peor de los pecados. Invoca al movimiento obrero en vano. Por eso en la demencial afirmación incluye a la CTA, pero excluye a la derecha “lúcida”. Muy nervioso por la lucha de Kraft seguro intentará una nueva versión de Mein Kampf, porque si la zurda está loca, mejor buscar un manicomio para su internación final. Otra estrella de Belén es posible, aunque sin dudarlo, es lamentable. Esperemos, sentados por las dudas que haya que esperar demasiado, el firme repudio de los más honestos luchadores que tanto espacio tienen en los medios. Ya sabemos, el medio es el fin, y en estos tiempos de crispación, no podemos esperar mansamente que de la doble se llegue a la triple. ¿Me explico?
Olfato
19/11/09
Por Claudia Cesaroni
(APe).- Caso 1:
Supongamos que dos amigas, actrices de muchos años y larga fama, a las que llamaremos Susana G. y Mirta L., salen a recorrer negocios de la localidad bonaerense de San Isidro. Quieren pasear tranquilas y no ser importunadas, por lo que se cubren sus ajados e intervenidos rostros con grandes anteojos negros, y agregan sombreros y chalinas. Pasean y charlan. Se detienen delante de una vidriera. Miran extasiadas las carteras y los zapatos expuestos. Se consultan. Se asoman adentro del negocio, para cerciorarse de que no haya otras clientas que puedan cargosearlas. Optan por seguir su camino, pero al llegar a la esquina vuelven a deliberar y entonces deciden que sí, que esa cartera, ese par de zapatos, se merecen un rato de su tiempo y de su tarjeta. Así que vuelven sobre sus pasos, entran al negocio, pasan un largo rato tocando, sopesando, eligiendo, probándose, mirándose a los espejos. Finalmente, eligen, pagan, y se van.
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