En la Argentina se necesita laburar en serio
Lomas de Zamora (Buenos Aires), 4 May. 11 (AICA)
El trabajo debe ser bien remunerado
El obispo de Lomas de Zamora, monseñor Jorge Lugones, recordó que “el trabajo lo dignifica Dios, que quiso que su Hijo trabajara”, al presidir una misa por el Día del Trabajador en la parroquia Cristo Obrero, de Lomas de Zamora.
El prelado fundamentó su homilía en la encíclica “Laborem exercens”, la tercera del beato Juan Pablo II, y la vinculó con el Día del Trabajo y Jesús Misericordioso.
“El Papa fue un gran defensor de los trabajadores; el no miraba el trabajo por la TV, sino que con esfuerzos, con sus manos, el pico y la pala, hizo trabajos pesados cuando era joven. Por eso escribió El Ejercicio del Trabajo, donde nos dice que el trabajo es un derecho que tiene el hombre y la mujer, de trabajar con dignidad, y además es un capital; no es solamente el capital el que pone la fábrica, sino que el trabajo del obrero también es un capital; nos habla así del derecho y la dignidad del trabajo”, evocó.
Tras sostener que “el trabajo es un deber”, consideró que “esto nos viene bien para la Argentina, tenemos que laburar en serio, porque algunos quieren cobrar, pero no laburar”.
“En el día de Cristo Obrero, recordamos a Jesús que trabaja con sus manos, en la carpintería, donde no la tenía fácil, sino que tenía que hachar la madera. A Jesús obrero con un corazón humano y divino, que nos escucha y nos acompaña”, señaló.
El obispo lomense destacó la tarea de la Pastoral Social diocesana “que intenta acompañar los conflictos sociales de la diócesis, los problemas que afectan a la gente de nuestra Iglesia diocesana; los problemas del agua, con el Foro Hídrico, los problemas de Santa Catalina, las distintas dificultades y nosotros que intentamos acompañar y formar en la Doctrina Social de la Iglesia, acerca de lo que dice la Iglesia sobre la justicia social, que tanto predicó el papa Juan Pablo II; como decimos los obispos, esa justicia demasiado largamente esperada”.
“El trabajo siempre es bueno -agregó-, pero todo a su medida de acuerdo a cada edad y responsabilidad. El trabajo lo dignifica Dios, que quiso que su hijo trabajara, y quién le enseñó a trabajar a Jesús, sino José; hasta el hijo de Dios tuvo alguien que le dio una mano, le enseñó y él quiso aprender”.
Por último, monseñor Lugones bendijo las herramientas de trabajo que muchos trajeron especialmente y pidió a Dios que “les conceda que con actividad infatigable, colaboren en el perfeccionamiento de la creación, ganen su sustento y el de los suyos, ayuden al progreso de la sociedad humana y alaben sin cesar la gloria de tu nombre”.
La eucaristía fue concelebrada por el asesor de Pastoral Social de la diócesis, presbítero José Aquino, y del vicario parroquial, Esteban Godoy.+
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