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lunes, 12 de mayo de 2014

Mons. Arancedo: "Nadie puede negar que hay violencia en la Argentina"

Mons. Arancedo: "Nadie puede negar que hay violencia en la Argentina" 
 Domingo 11 May 2014 | 11:09 am 
 Mons. José María Arancedo (foto: La Nación) 

Buenos Aires (AICA): El periodista Mariano De Vedia, del diario La Nación, le realizó una entrevista a monseñor José María Arancedo, en la cual el presidente del Episcopado Argentino se explayó acerca del documento “Felices los que trabajan por la paz”, que difundieron los obispos durante su 107º Asamblea Plenaria y en el que hacen referencia a la violencia en la Argentina. ¨No es un ataque al Gobierno; la Iglesia no es opositora ni oficialista¨, afirmó el prelado con la misma firmeza con que suscribió ese documento episcopal.

"No es un ataque al Gobierno. La Iglesia no es opositora ni oficialista." Con la misma firmeza con que suscribió el documento en el que denunció que la Argentina "está enferma de violencia", el presidente del Episcopado, monseñor José María Arancedo, afirmó que "nadie puede negar que hay violencia", en una entrevista concedida al periodista Mariano De Vedia, del diario La Nación.
 Antes del discurso de Cristina Kirchner, monseñor Arancedo llamó a ser tolerante con quienes piensan distinto y replicó las críticas del Gobierno, que contrastó la creciente inseguridad denunciada por los obispos con la violencia política que el país vivió con los golpes de Estado de 1955 y 1976.
 "Al comparar, uno corre el peligro de no ver lo que hoy tenemos que ver", dijo el arzobispo de Santa Fe, al tiempo que alertó sobre el marcado avance del narcotráfico, que comienza a dar puestos de trabajo.
 -¿Cómo llegó la Iglesia a este diagnóstico de un país "enfermo de violencia"? 
 -Al plantear los obispos las realidades sociales que están viviendo, surgió la preocupación por la violencia. Una enfermedad que se manifiesta de diversas maneras y debemos erradicar.
 -¿Cómo se refleja el aumento de la agresividad? 
 -La agresividad es, a veces, de palabra, a veces de gestos, a veces de muertes. Eso lleva a mucha gente a tener temor a salir a la calle, a estar intranquila. No nos tenemos que acostumbrar a eso.
 -¿Y a qué lo atribuye? 
 -Es evidente la influencia de la droga en las conductas violentas, la poca valoración de la propia vida y la ajena. Nos preocupa la «justicia por mano propia» y también esa dialéctica que crea divisiones y agresividad, la incapacidad para convivir con lo diverso. Los planteos dialécticos hacen muy difícil la concordia.
 -¿Esos planteos dialécticos vienen desde el poder? 
 -La cultura de lo dialéctico se plantea en todos lados, no sólo a nivel social, político y de gobierno. Tenemos que hacer un aprendizaje a convivir en lo diverso. Y ayudar a superar los distintos tipos de violencia, como la exclusión social, la marginación, la precariedad laboral. Y la corrupción, que es un cáncer social. Todo esto va generando un estilo de vida caracterizado por la falta de respeto a la ley.
 -El Gobierno dijo que la violencia no es comparable a la que vivió el país en 1955 y en 1976... 
 -Las comparaciones siempre son difíciles. Yo viví lo de 1955. Nadie puede decir que eso estuvo bien. Pero al comparar, uno corre el peligro de no ver lo que hoy tenemos que ver. Respeto la opinión de todos. Los obispos provienen de todos los rincones de la Argentina y el problema está presente en todo el país. Uno puede pensar que no es tan grave como aquello. Pero es grave.
 -¿La dirigencia política es consciente de la grave situación de inseguridad y violencia? 
 -Entiendo que sí. Nadie puede negar que hay violencia. Lo malo es cuando se da un matiz político a los diagnósticos. No es un ataque al Gobierno. La Iglesia no es opositora ni oficialista. Se lo dije, incluso, a la Presidenta, con quien tuve conversaciones con mucho respeto. No podemos dejar de ser fieles a lo que vemos, a lo que escuchamos. La situación del país tiene luces y sombres. Y a veces las sombras hay que marcarlas.
 -¿Qué vínculos hay entre la inseguridad y el narcotráfico? 
 -El narcotráfico potencia todo lo que toca: el delito, la inseguridad, el no apego a la vida, el afán de lucro sin límites, el éxito. Se ha perdido la connotación moral de las cosas.
 -Hace seis meses la Iglesia advirtió sobre el avance del narcotráfico. ¿Hubo un retroceso? 
 -El documento fue bien recibido y despertó la atención de mucha gente. Muchos políticos y autoridades ponen mucho empeño frente a algo difícil, que tiene poder de llegada y de convicción, que lleva a su molino a gente buena, que empieza a prestar servicios menores y termina dependiendo económicamente de quien le da trabajo. ¡Qué triste que en la Argentina empiece el narcotráfico a dar trabajo!
 -En Santa Fe, la Iglesia participa de una mesa de diálogo. ¿Se lo puede replicar a nivel nacional? 
-Dependerá de las personas que lo crean conveniente. En muchos lugares, incluida la Sedronar, se trabaja en la prevención y rehabilitación. El poder político debe dar el marco legal para poner límites y frenar el negocio de la droga.
 -¿Lo que se hace es insuficiente? 
 -Hay que seguir trabajando. El problema del narcotráfico no debe caer de la mesa política del país y del Gobierno. Es un tema que vino con ánimo de quedarse.
 -¿El papa Francisco está al tanto de la gravedad de la situación? 
 -Seguramente. Hasta hace poco estaba sentado en primera fila en nuestras asambleas. Lleva sólo un año fuera del país y conoce el problema de la droga.
 -Cuando hicieron el documento, ¿esperaban una reacción del Gobierno? 
 -No tenemos en cuenta las posibles respuestas. Buscamos transmitir lo que recibimos de nuestra gente y vemos en nuestros barrios. El hecho de que en la Argentina los hinchas visitantes no puedan ir a la cancha de fútbol es un signo de intolerancia social que nos debe preocupar.
 -¿Cómo se lo supera? 
 -Hay que saber convivir con lo diverso. Hoy estamos unidos en la unidad y eso es difícil. La verdadera unidad se alimenta de lo diverso. Hasta en los propios partidos políticos puede haber diversas líneas.
 -¿Esta voz de alarma puede impactar en la relación del Gobierno con la Iglesia? 
 -No. La Presidenta sabe que no hay una postura de oposición en la Iglesia. No le corresponde a la Iglesia tener partidismos políticos.
 -¿Le van a entregar el documento a la Presidenta? 
 -Se lo vamos a hacer llegar, a través de la Secretaría de Culto.
 -¿Van a pedir una audiencia? 
 -No quedamos en eso. Pero con mucho gusto volvería a verla, si quiere conversar acerca de lo que hemos dicho. No hubo animosidad. Hubo un llamado de atención y una advertencia sobre una realidad que vemos. 
-Cristina Kirchner tiene previsto ir al tedeum del 25 de Mayo en la Catedral... 
 -Me parece muy bien y lo valoro mucho.
 -¿Puede haber algún cortocircuito que frustre esa posibilidad?
 -No. No habrá ningún problema.+

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