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CACHORROS

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jueves, 19 de febrero de 2015

¿HOMENAJE O HIPOCRESÍA POLÍTICA?

¿HOMENAJE O HIPOCRESÍA POLÍTICA? 
 La reciente muerte del Fiscal Nisman, disparo una serie de especulaciones en todo el espectro social, político y judicial. Esta muerte, unida a la investigación del caso AMIA y a los nexos que se le endilgan con el Poder Ejecutivo, vino a calar hondo en el espíritu sensible de los que son actores insoslayables de la vida ciudadana. 

 Es que la muerte del Fiscal Nisman, esta rodeada por una suerte de misterios que se hallan en manos de la investigación judicial, y espera pacientemente el veredicto de la misma, para tener en tiempo breve, un dictamen que confirme el suicidio u homicidio.
 Pero mientras la lenta pesquisa trata de llevar adelante un laborioso laberinto de dimes y diretes; diferentes sectores han tomado como un trofeo al cuerpo del fallecido, y lo utilizan para sus fines electoralistas, personales o políticos.
 Tienen en sus manos un posible mártir, y con sus uñas afiladas no lo quieren soltar hasta que no hayan conseguido el objetivo perseguido.
 Todos, tratan con supuestos fantásticos, acreditarle la muerte al Estado Nacional y buscan de él, que reconozca la autoría de la muerte que ha conmocionado al mundo.
 Las pruebas concretas o reales, sobre el hecho ocurrido solo se encuentran en poder de la justicia que investiga la muerte y es la que dirá la verdad de lo acaecido, aunque a muchos no les guste.
 Pero cientos de personas ya han elaborado cientos de teorías que van desde las descabelladas hasta las mas inverosímiles; todos opinan con una soltura propia de científicos espaciales, dando rienda suelta a una lengua que siembra sospechas a cuenta persona se les venga a la mente.
 Todos son especialistas, todos son conocedores, de lo que ocurrió, y algunos ya aventuran que el Poder Ejecutivo es culpable, y piden a gritos una condena.
 Si estuviéramos en la Edad Media, ya habría en Plaza de Mayo, cientos de cuerpos ardiendo al son del tambor. La Inquisición en tiempos modernos, habría sido llevada a cabo sin el menor atisbo de lo que todos buscan, una justicia confiable.
 El poder del insensato, bruto, e infame, daría rienda suelta a la barbarie en tiempos de nuestra amada Democracia.
 Todos los que tienen medios para expresarse libremente gracias a esta Democracia, utilizan esta voracidad expresiva, para destilar el veneno de la ignominia. Acusan, imputan, muestran a la sociedad la culpabilidad de quienes ellos detestan, y se unen a coro para vituperar a quienes sindican como autores del hecho investigado.
 La justicia aún no se ha expedido; no obstante ellos ya determinaron quien es el culpable, y lo hacen así, porque les importa poco lo que diga la justicia, ellos solo buscan castigar a su víctima para satisfacer sus ansias carnívoras y destructoras.
 Los que hasta hace poco tiempo, enarbolaban la bandera de la justicia, ahora se olvidan de ella, dejándola a un costado, y llenan sus fauces con sandeces buscando solo cumplir: ojo por ojo, diente por diente. La crueldad, puesta al servicio de sus fines mezquinos y electoralistas.
 Si esta es la forma de hacer justicia en la Argentina, y por mano propia cambiamos el objetivo establecido en la Carta Magna, ¿para que tenemos un Poder Judicial independiente ?
 Ahora todos son fiscales que buscan mas la venganza que la justicia; muchos se unen a la cruzada, empujados mas por una necesidad electoral que por justicia. Hoy muchos fiscales, se unen para reclamar al Estado Nacional una garantía de seguridad para sus funciones, pero se olvidan que ellos no dependen del Estado; que son independientes y que su superior a donde reclamar es la Corte Suprema y demás órganos jurídicos establecidos.
 Se olvidan que ellos son los que deben garantizar la seguridad de los ciudadanos, y que están dotados del poder jurídico necesario para movilizar a la fuerza pública para asegurar la paz social.
 Y tiempo atrás, un ciudadano fue detenido sin la orden de detención escrita emanada de Juez competente, según lo establece la Constitución Nacional, fue llevado a prisión, y al reclamar la libertad por la violación de un derecho constitucional, llámese “privación ilegal de la libertad”; la corporación judicial, con esa palabrería jurídica solo entendible para los criptografos, se cubrieron entre sí, taparon el delito cometido y nadie se hizo cargo de nada. Total, el privado de libertad, era un simple ciudadano, que no merecía que se les respetaran sus derechos constitucionales.
 En esa ocasión, nadie salio a convocar marchas, a reunirse para peticionar, o a reclamar justicia por este civil. El Poder Judicial, omnipotente, mantuvo su espíritu de cuerpo y su silencio cómplice ante el delito cometido.
 Ahora, es uno de ellos el que muere, entonces se sienten dolidos y recién ahora se acuerdan de que deben tener seguridad para el cumplimiento de sus funciones; seguridad que nosotros los ciudadanos comunes no tenemos, ni ellos, que son los encargados de darnos una seguridad nos brindan.
 He recibido varias amenazas de muerte, por parte de los señores vendedores de drogas, de delincuentes comunes, de la Bonaerense, pero nunca, ningún Fiscal, se acerco para darme la garantía de seguridad para mi persona. Seguridad, que ahora ellos buscan para sí.
 Para el lego, resta decir que nunca se le ocurra denunciar un delito un fin de semana, la justicia buscada, los fines de semana no atiende; deberá esperar, a que sea día laborable. Y si Ud., ya ha recibido el feroz cachetazo de la delincuencia, muchas veces se dará cuenta, que el Ministerio Público Fiscal, que lleva adelante la acusación, por su actividad, parece ser mas, el abogado defensor del delincuente y no el Fiscal que uno espera.
 Esto nos muestra, que hay mas impunidad en la delincuencia, por las falencias indolentes en las actividades de los Fiscales.
 Los ciudadanos están conmovidos hasta el hartazgo por la muerte de Nisman, en el medio de una trama propia de una película fantástica de espionaje; pero que esta muerte, no lleve a los ciudadanos a la crueldad de la justicia ciega e inmoral de los que aferrados a un parlamento intencionado, afanosamente buscan un culpable para echarlo al precipicio.
 Cientos de ciudadanos inocentes han sido victimas de estos fiscales probos; y han debido pasar largos días de prisión y penurias, para que después de mucho tiempo y reclamos, un Juez, compruebe que el reo, es solo un simple ciudadano inocente de toda culpa. La historia ciudadana mostró en muchos años, que las actividades fiscales, no son las que te brindan seguridad, todo lo contrario, ya que por obra de estos empleados judiciales la delincuencia goza de una impunidad absoluta.
 En estos días, los mismos que no te garantizan tus derechos, que detienen a inocentes, que ordenan a las fuerzas de seguridad que te dejen el recuerdo de sus bastones en tu cuerpo, cuando reclamas por algún derecho vulnerado, organizan marchas para reclamar por sus derechos, por su seguridad.
 Derechos y seguridad, que a vos como ciudadano, no te dan ni te garantizan.
 Y viene a mi memoria que hace unos años, el Fiscal Stornelli, en ese entonces Ministro del Gobierno provincial, anuncio con bombos y platillos, que iba a denunciar delitos que conmoverían al poder ejecutivo por la gravedad institucional que representaban, ¿ pero que ocurrió ? NADA, se fue del cargo sin denunciar nada. Y es el mismo Fiscal que ahora convoca a una marcha de silencio; silencio, que siempre mantuvo sobre los delitos que iba a denunciar hace unos años.
 La Justicia representada por el Poder Judicial, es independiente y ello esta establecido por nuestra Constitución Nacional; pero muchos tenemos la percepción de que es imperfecta, lenta, y que a veces se saca la venda para ver quien se halla ante su estrado; pero, es la Justicia que tenemos, y no hay otra. 
Y solamente de ella, debemos esperar pacientemente el fallo esclarecedor de la muerte ocurrida.
 La turba violenta y enceguecida que busca venganza, es cosa del pasado, el atribuir una culpa respaldado por rumores o por chismes, nos lleva al campo de mentes insensatas que desconocen el imperio de la Ley.
 Y si recordamos, hay en el pasado, muchos jueces que haciendo abuso de su cargo y poder, cometieron tropelías que les valieron su destitución, esto me lleva a pensar a que cuando el ciudadano es víctima de estos fiscales, no le importa a nadie, pero cuando es uno de ellos, la sociedad toda, debe acompañarlos en sus reclamos. Una injusticia para el ciudadano y justicia para corporación judicial, dos diferentes maneras de administrar justicia.
 Y el arco político como el buitre, se suma a la bandada para un festín y sin ideas claras, solo agitan sus alas al viento para los incautos que solo ven las sombras de espectros ausentes.
 Un ciudadano muerto, conmueve a la sociedad, y miles de ciudadanos han muerto asesinados por la mano de obra de una delincuencia feroz que azota el territorio, pero nunca vi a un fiscal en las marchas para reclamar justicia por el asesinado, como así tampoco vi a estos dirigentes políticos que han hecho publica su participación.
 Es que ahora, es la oportunidad para mostrarse ante las cámaras, de hacerse ver al lado del que reclama, para estar cerca del pueblo, para visiblemente conmovidos dar su pesar y pedir por una justicia imparcial.
 Es el tiempo de las elecciones presidenciales, y hay que mostrarse, hacerse figura; todo vale, aún a costa del difunto. La hipocresía en su máxima expresión, los lleva a montarse sobre el desaparecido para obtener ese rédito político que se les escapa ante la realidad circundante.
 Como ciudadano víctima de la corporación judicial, me siento azorado por la utilización política del fallecido, y todos deberíamos ser cautos y prudentes para hablar sobre la muerte acaecida.

 Alfredo Silverio Rodriguez 
 DNI.11.894.278 
 Almirante Brown Seguridad Ciudadana

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