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CACHORROS

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miércoles, 24 de diciembre de 2014

ARGENTINA, ELECCIONES 2015

ARGENTINA, ELECCIONES 2015
 Con los nervios crispados por los acontecimientos que se suceden en forma continua, el fin de año se acerca presuroso con las arcas llenas de sinsabores que dejan un gusto amargo en nuestras vidas. 

 El sistema democrático esta alterado, y muestra sus fauces abiertas para devorar nuevamente la fe pública, depositada por todos nosotros en el voto secreto, universal y obligatorio.
 La democracia, (gobierno del pueblo), sobrevive y respira nuevamente en cada elección, nuevos vientos, nuevas esperanzas, traen un soplo de vida fresca en la vida de millones de personas.
 Todos no sentimos parte de esta gran Nación, y por mandato Constitucional, volveremos a elegir el año próximo, a nuestros gobernantes; a los llamados “vendedores de ilusiones”, para unos y representantes del pueblo para otros, que perennes en el tiempo, de rostros sonrientes y de palabras fáciles nos hipnotizan con sus cantos de sirena.
 En estos dos años, vimos que la crueldad, la desidia y la ineficiencia es la forma de vida, que como sociedad debemos soportar.
 Vimos que la lealtad, el patriotismo, los ideales o proyectos, son papeles de colores, sin valor alguno en la palabra de aquellos representantes del pueblo, que alejados del mandato popular, hacen lo que mejor les parece para sus fines personales, olvidándose de los votantes, a los que traicionan sin que se les mueva un cabello.
 Y es ahí donde la impunidad aflora y de la cual no hay castigo político-social para aquellos que, presos de sus apetencias egoístas, van de un lado a otro, llevándose consigo los atributos obtenidos del pueblo, que confiados en sus promesas, los voto para que los represente.
 Es un año cargado de buenas y malas, donde el pueblo alejado de las intrigas del poder, ve desfilar una procesión de esperanzadores anuncios, de mensajes llenos de oscuros designios y otros que literalmente, te erizan la piel.
 Todos jugamos a tener el papel estelar de los profetas, anunciamos lo venidero y adivinamos el futuro, interpretamos sueños, aclarando, lo que al simple mortal le es difícil dilucidar y al no poder alcanzar a descifrar, lo subliminal inserto en todos los mensajes dados a conocer.
 Los tenedores de una responsabilidad hacia el país, tienen una particular visión de lo que acontece en su derredor, expresándose en consecuencia; basta decir que mientras unos, al referirse a la gran cantidad de asesinatos de vecinos a manos de la delincuencia, lo definen como solo una “sensación”. Otros en cambio, prefieren decir que el desborde social de personas en conflicto con la Ley, es acorde a los parámetros previstos para los tiempos actuales y toda la sociedad debe estar comprometida para que hechos de estas características no vuelvan a suceder.
 Un simple vecino como yo, al ver semejante dominio de la situación con la retorica expresada, asumo un estado emocional de admiración para con ellos; con que facilidad, mediante el uso de pocas palabras, se hace ver que la impunidad y crueldad de la delincuencia que gano la calle, es solo un fantasioso pensamiento de nuestras desquiciadas mentes, que nos traiciona, mostrándonos cosas inexistentes.
 Cuando elegimos a un representante, voto mediante, lo hacemos con la fe en la plataforma electoral, sobre la cual cimento su candidatura.
 Esperamos, que al ser parte de un proyecto de gobierno idealizado en nosotros, cumpla las promesas dadas en la campaña electoral y se mantenga en el camino emprendido para el logro de los objetivos buscados.
 Tiempo después, vimos como el “representante”, cambia su rumbo, y se adhiere a causas repudiadas en nuestro ser interior, por saberlas destructivas para el país, para la sociedad.
 Ellos, “nuestros representantes”, ajenos al mandato popular, desde el púlpito del poder, con una sonrisa envidiable, dan rienda suelta a una carcajada malévola, festejando la traición cometida.
 Para ellos, este pase al lado contrario, es por que el partido por el cual fueron elegidos, no los supo contener; los mas traviesos dicen, “al disentir profundamente con la política implementada, debo seguir la mejor alternativa para la prosecución de mi deber, plasmando desde otro lugar, lo mejor, para el pueblo que me ha elegido”.
 Uno, a lo mejor entiende, desde nuestro vocabulario de barrio, que el tipo se fue, porque no le dieron lo que quería. Lo que para nosotros es una traición, para ellos es: “tenemos puntos en común que acercan posiciones”.
 El resultado es el mismo, no les importa un comino, la voluntad popular; desde su despacho reluciente, con la impunidad garantizada ante tal afrenta hacia el ciudadano, solo buscara atornillarse al sillón y asegurar su prosperidad.
 Para muchos de estos camaleones políticos, el resultado fue optimo.
 Tras haber pasado por diferentes corrientes políticas, traicionando cuanta veces pudiera el mandato popular, aún permanecen en la cúspide del poder, afianzados hasta el hartazgo y con una ambición desmedida, continuar eternamente en su rol de “representante del pueblo”.
 En la actualidad las palabras: lealtad, traición, promesa, ideal, patriotismo, ya no existen o fueron sepultadas en algún lugar remoto. Es que surgieron nuevas acepciones: conveniencia, arreglo, cambio de roles, y otras que disfrazan lo repudiable de sus actitudes.
 La otra cara, la mas siniestra, de los representantes del pueblo, vuelve a mostrarse mas feroz que nunca. La llegada de las nuevas elecciones a nivel nacional, depositan en ellos una codicia deleznable; un pueblo a sus pies, presagia un gran festín.
 La Argentina, vuelve a desangrar por sus heridas que no cierran, mientras que los aspirantes al sillón, afilan sus ponzoñosas y afiladas lenguas, para dar “el mensaje”cautivante de multitudes.
 Y mientras los verdugos de la sociedad, afilan sus hachas, indefensos ciudadanos caminan en un mar de tinieblas; los mensajes son muchos e incoherentes, cada uno dice que la culpa la tiene el otro. es el eterno conflicto, el ángel y el demonio.
 Como saber ¿quien es quien?, es un acertijo que solo se develara con el tiempo.
 Lo seguro, es que los de siempre, volvieron para quedarse.
 Y ahora, vienen en jauría.

 Alfredo Silverio Rodriguez 
 DNI.11.894.278 
 Almirante Brown Seguridad Ciudadana

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